«No estamos para jueguitos»

El gobernador del Tolima, el presidente y los ministros en 1985 hubieran podido evitar tantas muertes innecesarias. Resurgir hubiera podido generar más viviendas y empleos dignos. El ICBF hubiera podido proteger mejor a los menores. Los que adoptaron no es tarde para que les cuenten a los niños hoy adultos que son de Armero. La idea no es lamentarnos, es seguir trabajando por más reencuentros y luchar contra el OLVIDO y la INDOLENCIA. Compartiendo las historias ayudamos a más de 300 familias que añoran un abrazo de su hijo o familiar perdido. Ya «No estamos para jueguitos», como le escucho a muchas madres de Armero que necesitan respuestas.

Este ejercicio en videojuego refleja un sentimiento de los armeritas cuando se destruyó su ciudad en 1985. Muchos actores tuvieron que ver con esta catástrofe. La herida más abierta es la desaparición de los menores durante la tragedia de Armero, pero seguimos logrando reencuentros. Gracias a Simhón Parada desarrollador de videojuegos.

 

 

 

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